La disponibilidad de agua de superficie calidad es un factor
de gran importancia que condiciona el desarrollo de cualquier
región, ya que resulta imprescindible tanto para el
desarrollo demográfico como para el industrial y el
agrícola. Sin embargo, todavía hoy existen poblaciones
que no disponen de un correcto servicio de este bien tan necesario.
La alta concentración de sales en el agua obliga a
los ciudadanos de estas poblaciones a tener que suministrarse
agua de las diferentes fuentes de los pueblos o comprarla
en las tiendas para tareas tan cotidianas como cocinar. Además,
la utilización de esta agua perjudica seriamente los
electrodomésticos.
Es necesaria una buena instalación y puesta en marcha
para asegurar un agua de calidad. Para hacernos una idea,
las aguas salobres suelen contener una cantidad en sales de
5000 0 6000 µS, mientras que el agua apta para consumo
no debe exceder los 2500 µS, siendo lo más indicado
unos 500 o 600 µS. Con nuestras plantas desaladoras,
obtenemos para estas condiciones un agua de aproximadamente
50 µS, la cual remineralizamos hasta los parámetros
óptimos de consumo.
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